miércoles, 25 de marzo de 2015

Yupiiii! ¡Por fin llegué!

Por fin pude llegar, y no me refiero a lo que originalmente está marcando el título del post, sino a la entrada al manantial, ja,ja,ja,ja.  :D
¡Qué barbaridad! Siempre olvidaba preguntarle a mi hija  -mi asesora de computación-  para que me ayudara a entrar a mi manantial porque ya no podía, y hoy vino mi hijo postizo a cenar y le pedí ayuda, pero aunque ustedes no lo crean, él no hizo nada, sólo me guió al decirme: ponga su nombre, su contraseña, etc, y de repente...¡ZAZ! ahí estaba la oportunidad de poder escribir un nuevo post. La explicación me la dio él mismo y lo que sucedía es que yo estaba viendo mi blog como si fuera una visitante y no la dueña del manantial, ji,ji.
Pero aquí estoy después de un largo camino lleno de sinsabores, analgésicos, alegrías, caídas y levantadas anímicas y derrotas y victorias en Cristo.
Mucho esperé entrar a esta tercera edad. Jamás pensé que lo iba a hacer. Siempre me imaginé que mi vida iba a terminar a los 35 años  -no me pregunten el porqué de este pensamiento y sentimiento que estuvo en un ¡tris! de hacerse realidad hace 25 años-   pero quien manda y dispone y tiene el poder es Dios, así que a Él le plació que yo llegue hasta la tercera edad, pues diremos: ¡Bienvenida, tercera edad! Aquí en México tiene sus privilegios como el que le cobren a uno sólo la mitad del pasaje, llámese como se llame el medio de transporte: autobús urbano, foráneo, avión, Ferri; el único que no cobra es el "burro", sí, me refiero al animalito que hace: "ji-jáuuu, jí-jáuuuu", ja,ja,ja,ja,ja,  :D  que con toda esta mancha de urbanidad que va alcanzando a los diversos pueblos  -"ranchos" por acá les decimos-  ya los burros se están escaseando. La contaminación, la desforestación, la erosión y la desertificación, está cerca de que nos alcance, aunque quizá ya no lo vea yo, pero casi no veo burros, aunque gracias a Dios, vivo en un estado que está lleno de ríos, chiquitos y grandes, e incluso se les vende la energía eléctrica a otros países y a nosotros nos la dan carísima, como si tuviéramos que importarla, ¡ay! en fin, no me quiero meter en cosas de política, pero ya no tardamos en que ¡hasta el agua nos la quieran vender!!! ¡mamma mía! y nosotros que estamos acostumbrados a bañarnos todos los días y con bastante agua corriente, no con agua en una tina como cierto país que conozco pero no digo nada porque tampoco se trata de ofender a nadie, aunque ellos nos "ofendan" con el olorcito rancio estilo "aristocracia de Luis XV", ja,ja,ja,ja,ja,  :D Por esta causa, en lo que a mi corresponde, jamás he aceptado que ningún extranjero diga que somos "cochinos" los mexicanos, ¡mamma mía! Claro que ahora ya con la juventud perdida, puedo observar que quien hacía esos comentarios, eran personas ignorantes, pero tampoco se trata de eso este blog, que por lo que veo, debí de titularlo: "Divagando", je,je.
Y creo que le paro por hoy, porque ya se va mi hijo postizo y necesito que me ponga "algo" que ilustre o acompañe este escrito tan tontito, ja,ja,ja,ja,ja,  :D y me estoy refiriendo a una foto, dibujo, etc, pero habiendo ya recordado, podré regresar y ahora sí con más tiempo... ¡QUIERO REGRESAR!!!!! 
Y hasta el próximo post, y mientras tanto, como dice mi querido Renton: ¡Chuiquitos!