viernes, 20 de diciembre de 2013

¡Un año más!

Me estoy tomando un descanso de todo este vorágin agradable que me ha tocado vivir. Cuando inició este año 2013, -comentaba con mi esposo- ninguno de los dos ó diré más bien, ninguno de la familia García Fernández nos imaginábamos que casi por terminar este año, estuviéramos a punto de vivir lo que nos va a tocar participar el día de mañana. ¿De qué hablo? ¡De la boda de mi hija, mi asesora de computación! y permítanme compartir con ustedes, un poquito de esta historia de amor.
Todo empezó, cuando mi hija Ana que es a la que yo le digo: "asesora de computación", tratando de que su hermana que había terminado su carrera de Diseñadora se impulsara en lo que hacía, se propuso abrirle una página en el FB, antes quiero decirles que ella era enemiga del FB, porque decía que es un patio de vecindad, ja,ja,ja,ja, en fin, cada cabeza es un mundo, pero prosigo al relato. Al ver ella, que este FB lo visita mucha gente, le pareció muy bien promocionar a su hermanita y le abrió una página (ella también fue la que me enseñó y me abrió mi página en el FB). Ahí ella empezó a colocar todos los diseños que su hermana había hecho para ella y contactó con sus amigas de la Universidad, y pues no nada más acudieron sus amigas a ver los diseños, sino que mi yerno, habiéndonos conocido desde hace muchísimos años pero estando lejos de la patria, acudió a esta página y nos comenta que dijo: ¡Wow! ¡cuánto ha crecido Anita! ¡y qué bonita se ha puesto! ¡Y AHÍ INICIÓ TODO! que nos ha llevado a este precioso corre-corre. Así que me tomo mi tiempo, teniendo ya casi todo listo para el día de mañana, para escribir este post y desearles una feliz navidad.
Gracias por su amabilidad al venir a visitarme al manantial, aunque yo no he podido acudir a ninguna de sus casitas. Les quiero mucho y estaré pronto por aquí de nuevo.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

¡Wow!

Acabo de ver mi perfil y ahí dice que inicié en mayo del 2007. Yo...¡NO LO PUEDO CREER! por eso digo...¡WOW! Y bueno, así es la vida, se va deslizando tan poco a poquito como el río bajo el puente, que ahora, ya con más años encima, años que me han dado mayor experiencia pero no logro tener la paciencia que debo de tener, porque de repente me doy cuenta lo que va a suceder porque por experiencia, ó lo he pasado, ó me ha tocado verlo y sé que lo que va a suceder no es algo bueno o agradable y trato de advertir ¡pero para el caso que me hacen!, je,je, por eso quizá soy un poco más de impaciente, porque trata uno de meterse en la cabeza de los jóvenes y hacerles cambiar la idea, pero como dice el dicho: "nadie aprende en cabeza ajena" ¡y así es!, aunque hay gente prudente que presta oido aunque sea joven. En fin, el tiempo ya ha transcurrido y acabo de ver en el FB una foto en donde yo aparezco en la plenitud de mis 40, ¡ah, bellos 40! y bueno, lo mejor es vivir a plenitud cada etapa de la vida que nos toca vivir en el momento en que estamos. Y aquí estoy viviendo mi década de los 50 que dentro no más de tres años fenecerá y entraré de lleno a la vida de los ancianos; vida que también trataré a plenitud hasta que el Señor me llame a su presencia. ¿Y qué es lo que hago ahora? ¡escribo pequeñas obritas para la iglesia a la cual asisto!, je,je, algo quizá hasta ilógico para muchos, pero como ya mi fuerza física se ha acabado ¡aunque no totalmente! pues he dejado atrás aquellas proezas que hice cuando jovencita estando en la preparatoria, previo a mi entrada a la universidad.
Acabo de leer este borrador y bueno, sólo ha pasado...¡UN AÑO!  que a mi edad, ya un año puede ser mucho ó casi nada, según sea la connotación, pero lo voy a editar para poder llegar al que me interesa.

¡Hablando de matrimonio...!

Esto que escribo ahorita, me lo copié de un hermano en Cristo que lo colocó en el FB.

Un hombre profundamente agobiado por un matrimonio en fracaso visitó a su ministro para consejo pastoral. El explicó su situación diciéndole al clérigo que el amor se había ido de su matrimonio y que estaba considerando el divorcio. El miró hacia el pastor para algún augurio de esperanza de que el matrimonio todavía podía ser salvado.
El pastor le dio su consejo en términos simples. “Señor, la Biblia dice que los maridos deben amar a sus esposas. Por lo tanto, es su deber cristiano ir a casa y empezar a amar a su esposa.” El hombre no podía creerlo. “¿Cómo puedo hacer eso? Ese es precisamente el problema. Es por eso que vine a usted en primer lugar. El hecho es que yo ya no amo a mi esposa más. Es por eso que debo terminar. No puede darme algún consejo más?”
El pastor no se dejó intimidar por el rechazo del hombre a este consejo, pero tomó un táctica diferente. Sugirió un plan alternativo: “¿Por qué no intenta una separación de prueba? Trate de mudarse al lado por un par de semanas y ver si eso ayuda.” El hombre estaba un poco impaciente y replicó: “¿De qué sirve eso? ¿Cómo puede ayudar el vivir al lado?” El pastor respondió: “¿No ordena Dios a amar a nuestros vecinos? Tal vez si usted vive como un vecino de al lado por un tiempo, aprenderá a amarla otra vez.”
El hombre se quejó: “Señor, usted no entiende lo que estoy diciendo. No es que el fuego romántico se haya ido y necesito un poco de espacio para conseguir encenderlo de nuevo. El hecho es que no puedo soportar a la mujer. No puedo soportar la idea de vivir incluso en el mismo barrio con ella.” “Ahh,”” suspiró el ministro. “Ahora lo entiendo. Lo que estás diciendo es que tu alejamiento es tan profundo que se siente hostil hacia ella.” “¡Sorpresa! Reverendo, ahora usted lo está captando.” El ministro se mantuvo impávido mientras buscaba su curso original. “¿Puedo interpretar sus observaciones en el sentido de que usted siente un odio profundamente arraigado hacia su esposa?” El hombre permitió a la inferencia. “Entonces”, dijo el ministro, “¡permítanme que le recuerde que Dios nos manda amar a nuestros enemigos!”
Exasperado, el hombre se alejó con tristeza, sacudiendo la cabeza. ¿Cómo se puede discutir con un ministro como él?  Espero que pronto lean esto mi yerno y mi hija, y no porque ellos vayan a caer en este problema, pero siempre es necesario prevenir que lamentar, je,je. Feliz término del año 2013 y pronto nos veremos.