
Como mi estimado hermano en la fe de la preciosa Venezuela, no quiere pastel, ni piñata, para la celebración de su cumpleaños, pidió que en lugar de eso, pusiese en mi blog, el post que más me haya gustado de los que él ha sacado en su blog.
Y aunque su cumpleaños ya pasó, -fue el día 27 del mes que pasó- esta viejita olvidadiza, se presta a sacar el post que me ha gustado más y explico por qué.
Los valores en el ser humano, siempre ha sido algo que yo he admirado. La lealtad, que creo va íntimamente ligado con la fidelidad, si es que no es lo mismo expresado en diferente forma. El respeto, la honra a los seres amados como lo son nuestros padres, la honestidad y la veracidad, son algunas de los valores que admiro y procuro tener. Algo con lo que mis padres me proveyeron y a mi vez, he tratado de que mis propios hijos lo tengan.Sé que olvido otros valores, pero ustedes me disculparán. Es por eso, que cuando leí este post en el Tigrero (blog de Elí) me causó profunda huella y me hizo pensar al semejarlo con mi vida hacia mi Padre Celestial y mi salvador Cristo.
¡Hiroo Onada! si hubiese sido cristiano, hubiera sido el más fiel y leal seguidor de Cristo. Y queda la pregunta para mí: ¿hasta dónde estoy llegando en esto por seguir a mi Señor? ¿lo estoy tomando a juego? ¿Me he olvidado que soy un siervo y que no tengo derechos?, entonces, ¿porqué reclamarlos? ¿Qué le entregaré cuando esté delante de Él? ¿Lo que hago es porque verdaderamente le amo? Creo que si contestáramos honestamente todas estas preguntas los que somos sus hijos, fuéramos los más fieles servidores de Cristo y diríamos como dice la poesía de autor anónimo:
"No me mueve mi Dios para quererte
el cielo que me tienes prometido.
Ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
........................................
Muéveme así y de tal manera,
que aunque no hubiera cielo yo te amara,
y si no hubiera infierno ¡te temiera!" (escrito de memoria ¡ups! pobre memoria mía, je,je.)
Dejo pendiente para un post posterior, volver a sacar esta bella poesía, pero ya copiada... ¡y bien!, je,je.
Gracias a Peregrino y Carlos Julio que me la enviaron. Mi agradecimiento para ellos desde aquí. Se me escapa alguien más, pero perdonen por favor, y mi agradecimiento y cariño también.
Ahora, disfruten la historia real de Hiroo Onada, tal como aparece en el blog de nuestro querido hermano Alí.
Y para él desde este manantial, vaya, acompañándose de los de todos ustedes un fraterno abrazo, acompañado de un fuerte y al unísono:
¡FELIZ CUMPLEAÑOS ALÍ!
Hiroo Onada / El "Rambo" de carne y huesoEl soldado japonés era, sin lugar a dudas un "super soldado", ningún otro, ni siquiera el alemán, logró igualar la disciplina y capacidad de sacrificio de estos hombres. Preparados para cumplir órdenes a toda cost
a pero también usando su inventiva, capacitados para mantenerse operando sin comunicaciones, con hambre, sed, a veces con sólo armas blancas y en los lugares más inhóspitos en desmedro de su salud y de ser necesario, acabando con su propia vida para cumplir su objetivo. La pesadilla de cualquier adversario, por numeroso éste fuese. Ejemplo de ello: Hiroo Onada. En 1945 el masivo y costosísimo desembarco de las tropas norteamericanas sobre Filipinas, obligó al ejército japonés al repliegue. A pesar de ello, sus líderes tenían la esperanza de que pronto Japón contraatacaría, por lo que dejaron partidas de guerrilleros en la Isla. "Hostigar y resistir" mientras llegaba esa contraofensiva, fue la última orden que recibió el teniente de Infantería Hiroo Onada, junto con un cabo y dos soldados a su cargo.
Lograron hacer ataques efectivos contra posiciones aisladas del ejército norteamericano, pero en las escaramuzas fue perdiendo combatientes. Se mantuvieron en la espesura de la jungla de Lupang, construyendo cavernas y trampas para evitar a los norteamericanos, provocando bajas mortales no sólo entre los militares, sino también entre los civiles que pasaban por dichos senderos. Pasó el tiempo y siguieron los ataques esporádicos pero a elementos del ejército filipino y luego a los puestos de la policía rural. Entretanto se mantenía de los frutos de la jungla, la cacería y la pesca de supervivencia y uno que otro robo de aves domésticas, cerdos y hasta de vacas a los campesinos filipinos, pero con el debido cuidado de no ser descubierto
. A pesar de ello se hizo evidente que había un fantasma merodeador en la selva y se comenzó a tener indicios muy fundamentados de que se trataba de veteranos japoneses.
El gobierno filipino se vió en la necesidad de pedir ayuda al ejército japonés y comenzó una campaña de éste, sobrevolando la jungla con altavoces, tirando volantes y hasta dejando cartas de los familiares de Onada en lugares estratégicos. No funcionó, pues el guerrillero sospechaba que se trataba de una celada para atraparlo. Hasta que el Ejército se vió en la necesidad de buscar al jefe superior inmediato de Onada, el comandante Taniguchi, que por suerte estaba vivo, y lo sacaron de su librería que regentaba por años, para enviarlo con el uniforme de
campaña del ejército imperial, nuevamente a Filipinas a darle la orden a Onada de viva voz para que depusiera las armas. Sólo así fue que el guerrillero accedió a hacerlo.
Su condición física era deplorable, tenía 54 años .
de edad y el día que entregó su fusil, su daga y veinte granadas de mano, fue el 12 de marzo de 1974
Treinta años internado en la jungla como combatiente. Se dice rápido ¿Verdad?. Esto nos comprueba lo que los novelistas, cuentistas y guionistas insisten en repetirnos. Que la realidad siempre es más increible que la ficción.
Alí Reyes H.
Los Teques , Venezuela, enero del 2009
.pixelteca.com, .forosegundaguerra.com
Publicado por Alí Reyes H. en
14:51 Etiquetas:
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