
Después de casi una semana, por fin puedo escribir un nuevo post. Y quiero dedicarlo a mi hija más pequeña: ¡Raquel!
Ella fue un regalo de Dios porque no la esperábamos. Recuerdo que en una ocasión en sobremesa, platicando de estos temas, mi Ovejita (Raquel) escuchó ésto ¡y se puso a llorar! y al preguntarle el porqué de su llanto, ella dijo que porque no la amábamos y le contestamos que el "no esperada", no equivalía a "no amada". Que agradecíamos al Señor el haberla enviado a pesar de todos los pronósticos humanos, je,je, y yo me sentía ya con los brazos llenos (siempre quise tener seis hijos, pero me conformaba con tres, porque el primer hijo, Dios se lo llevó. Alabada sea su voluntad. Él lo sabe todo)
Recuerdo perfectamente que esto le hizo sentirse bien y al paso de los años, ella ha podido sentir este amor que como familia todos le hemos brindado, porque sus hermanos han cooperado mucho también.
Ella nació con discalculia (dislexia para las matemáticas). En un inicio no se notó, sino fue hasta el inicio de su educación elemental, que nos dimos cuenta que algo no estaba funcionando bien, porque era muy inteligente para todo, excepto para los números. No podía comprender los números. Y para que pudiera comprender el cero... ¡ay!
No me pregunten cómo fue que lo comprendió, porque sinceramente ya no recuerdo. Hubo ayuda de todas partes, porque en casa se trabajaba con ella, iba con una terapeuta, su hermano Alex le tendió la mano. Su abuelita, -una maestra ya retirada, excelente en su carrera magisterial-, estuvo con ella también. En fin, muchísima cooperación .
¡Ay! Fue toda una odisea. Principalmente porque teníamos que luchar en contra de las mismas maestras que pensaban que se debía a que ella era floja. ¡Para nada!
Y sí que fue una odisea. La mami recién saliendo de un accidente automovilísitico que le hizo estar unos días en coma y tratando de volver a aprender cosas, ayudada por su esposo, su mami y papi y Alex. El papá con trabajo a tiempo completo -que Dios le mandó para poder pagar la deuda tan fuerte que se adquirió por el alquiler de un avión-ambulancia para el traslado de la mami accidentada. En fin, ¡una odisea!
Así que mi Raquel enfrenta su primera barrera en la vida sin saber qué era lo que sucedía. Recuerdo que ella iba a mi cama (yo no podía estar de pie) y lloraba sobre mi pecho y me decía: "mami, ¿qué es lo que tengo?, ¿porqué no entiendo los números?, ¿qué me pasa?". Y yo recuerdo que la acariciaba y le decía: "no sé hija, tienes algo dentro de ti, pero no sé qué es. Deja que me componga e investigue y ya te digo". Así era como la consolaba.
Las dos aprendimos las tablas de multiplicar. Ella por primera vez y yo de nuevo. No cabe duda que Dios tiene todo bien planeado y lo que aparentemente es horrible para nosotros y que Dios se ha desentendido de nosotros, ¡para nada!
Sucede que es la pieza clave para seguir armando el rompecabezas de nuestra vida. Nada sucede por casualidad en la vida de los que somos hijos de Dios. Claro que para mí fue sencillo volver a aprender las tablas de multiplicar, pero para ella fue una odisea. Hoy en día, hace cuentas, pero cuando tiene que hacerlo ante personas...¡tiembla! Por eso, cuando de números se trata, ¡jala con su hermana!,je,je.
¡Qué bueno que somos una familia unida!
Y contra todo pronóstico, porque algunas maestras decían que era una retrasada mental por el simple hecho de que no podía con los números, je,je. ¡Qué tontera proviniendo de profesionistas! Se buscó la ayuda de una psico-terapeuta, ante el encuentro o más bien diré: "encontronanzo" de la maestra con mi esposo (él es muy paciente y siempre trata de resolver las cosas por la vía pacífica). Él le dijo: "ni usted, ni yo, que haya una tercera opinión" y así fue como mi hija salió adelante.
El pronóstico de las maestras de educación primaria ( de 1º a 4º): "Que la niña, escasamente podría terminar hasta 6º año de primaria". La opinión de la psico-terapeuta: "que hasta una maestría podía ella terminar". ¿La familia?: "Que la íbamos a apoyar ¡en todo y siempre!"
¿El resultado?: ¡RAQUEL TERMINÓ LA UNIVERSIDAD!
Recuerdo cuando la vi subir al estrado y recibir su papel. En esos momentos sentí que me invadía un gran cansancio. Como si después de muchos años, hubiera estado ahí, agazapado, esperando salir. Todo mi cuerpo se relajó y en mi corazón había un agradecimiento infinito hacia mi Señor y en mis ojos... ¡lagrimas!.
Mi hija Ana Isabel, nos comentó que cuando la vió recibir sus papeles, dijo: ¡Uf!, ¡lo logramos!
Y mi esposo dijo: "Gracias Dios, por habernos mantenido y provisto todo este tiempo". La abuelita al enterarse (no fue porque ya no puede caminar y la silla de ruedas ya se encuentra descompuesta) dijo: ¡Gloria a Dios!
Su hermano Alex, a la distancia, trabajando para el Señor, se alegraba por su hermana.
Ahora, todo queda en ella.
Y en estos días, nos ha dado una gran satisfacción, al salir de ella misma, servirle al Señor en la Escuela Dominical, ayudando a su hermana como auxiliar. Ella le dijo a su hermana: ¿puedo entrar contigo de auxiliar? La hermana feliz, ¿y la familia? ¡Con mayor gusto!
Siempre hemos orado al Señor por nuestros hijos. Nunca les hemos tratado de forzar a que sirvan al Señor, pero ese es nuestro anhelo. Que al igual que nosotros, ellos le sigan y le sirvan porque este es un trabajo ¡precioso! y con resultado ¡eterno!
En su carrera, ella es una novata. Entrará a un taller con una diseñadora para aprender cosas que se aprenden en la vida diaria. Ya después, ella seguirá sola. Tal como sucede con los médicos que primero vamos a un hospital (internado) y luego al campo (un servicio social).
Nosotros como papás, dispuestos a seguir apoyándola y seguir orando. Dios le concederá su compañero. ¡Esa es otra de las oraciones! Espero que el muchacho sea fiel al Señor y que sea bueno con las matemáticas, ja,ja,ja.
Y estamos seguros como padres, que si ella se toma de la mano del Señor ¡siempre!, nada saldrá mal por que todo su camino estará en Él y con las bendiciones del Altísimo.
No deseamos que sea rica, sino que el Señor en todo ocupe el primer lugar de su vida y todas sus fuerzas, mente y corazón, sean totalmente rendidas ante el único que vale la pena: ¡El rey de reyes y Señor de señores!
Gracias por leerme. Que continúen las bendiciones sobre ustedes y que mi hija Raquel siempre sea para la alabanza de su gloria.
Sigo orando por todos los que me escribieron en el anterior post.