¡Otro cumpleaños!

¡Qué rápido pasa el tiempo! Y no lo digo nada más yo, sino que ahora también mis hijos me hacen eco, je,je. Claro que ellos son jóvenes, pero no por eso dejan de sentir el paso del tiempo. Tal pareciera que si volviera atrás, apenas parecería que fuera ayer cuando ha sucedido el nacimiento de Raquel. Todo sucedió rápido con ella. El trabajo de parto fue muy rápido, tan rápido, que yo le pedía a mi esposo que nos quedáramos ya en el Hospital General -que nuestra casa quedaba a espaldas de dicho nosocomio-, pero mi esposo dijo: ¡No! ¡respira como ya sabes y aguanta al bebé dándole oxígeno que tenemos que llegar al IMSS! (ahí estaban todos mis reportes prenatales) Puedo decir que fue toda una hazaña. Mi papi nos acompañaba en el auto. Recuerdo que él me decía: "No te preocupes, hija, yo también sé partear, así que si se viene la criatura yo acá te atiendo!". Mientras que mi esposo manejando decía: "No, don Luis, que ella respire como ya sabe y va a ver que si llegamos" ¡Un poquito más, y la criatura hubiera nacido en el automóvil! ¡sigh!

Al llegar al IMSS, mi esposo detuvo el auto en maternidad y sólo le dijo a mi papi: "Acomódelo, por favor don Luis! y él me tomó en brazos y a correr ¡porque eso fue lo que hizo! (la gente se abría a su paso ¡imagínenese! Seguro que todos pensaban lo mismo que ustedes están pensando, ja,ja,ja) hacia las salas de atención, las cuales al llegar, no pidió información ni nada, sólo llegó y con el pie empujó las puertas hasta acomodarme en el lugar en donde te designan para mandarte a trabajo de parto o a esperar o puede ser que a casa, pero aquí, él me puso en la mesa de exploración y dijo: ¡ya viene el bebé! y la doctora vio y dijo: "¡Ya está aquí el bebé!" e iniciaron el carrereo que se da en los hospitales cuando llega alguna señora con el bebé casi afuera. ¡Mamma mía! Yo pensaba: "¡Seguro que me van a poner a un practicante nuevo a atender el parto!" (así nos había pasado a nosotros, je,je) y bueno, eso era un "Show" porque el médico... ¡nuevecito! -me refiero a las cosas médicas- y el pobre muchacho tenía un coro de médicos y enfermeras a su alrededor animándole con su atención al primer parto, ¡uf! que creo que al pobre lo atarantaban más, pero yo conociendo todo esto, estaba lista para que el pobre chico no fuera a cometer conmigo alguna burrada en su novatada y pues sí la hizo...¡ayayayay! pero no se trata de que tomen miedo algunas, porque con las primerizas, no ponen a médicos "recién salidos del horno", ja,ja,ja,ja, ¡todo lo contrario! ponen a los que ya tienen más práctica. Lo que pasa es que Raquel ya era mi cuarta hija, y por eso, era yo el "parto deseado" para todos los médicos que jamás han atendido partos lo hagan: Multigesta y con el bebé ya en la "puerta" que lo único que hay que hacer es extender las manos, je,je. Así nació Raquel, con mucha gente mirando su nacimiento y dándole "hurras, porras y felicitaciones" al pobre médico iniciante, y de manera inmediata lloró, y obtuvo buenas calificaciones por la parte médica. ¡Bueno...entró con el pie correcto al mundo!, je,je, por ese lado, PERO, ¡ay los peros! había nacido con una Discalculia (dislexia para las matemáticas) que se mostraría hasta que ella entrara a la escuela primaria y ahí fue en donde inició el calvario para toda la familia. La mami en recuperación de ese famoso accidente que la inhabilitó por mucho tiempo y mi pobre hija, lloraba en mi vientre y me decía: "¿qué tengo mamá? ¿porqué no puedo entender los números? lo demás si lo entiendo, pero eso no", y yo postrada en cama, sólo podía decirle: "Deja que me recupere y estudiaré y veré qué es exactamente lo que tienes. No es que seas "burra" -manera de decir acá a los que no estudian nada- sino que algo te sucede pero en estos momentos no sé qué es, deja que me recupere, hija" Y leyendo para mí, mi hija Ana Isabel -porque no podía hacerlo yo por lo mismo del accidente- le pedí que me leyera unos reportes médicos, y cuando estaba leyendo le dije: "¡espera, vuelve a leer!" y traía la descripción exacta de lo que le pasaba a Raquel. Inmediatamente se añadió Alex (era un sábado) para escuchar lo que hice a Anita repetir y repetir varias veces hasta estar segura de lo que estaba ella leyendo. Da por más escribir que todos estábamos contentos de haber encontrado lo que le sucedía a Raquel, cosa que nadie nos había podido decir...¡DISCALCULIA! Buenas noticias teníamos para nuestro esposo. Bueno, no ha sido nada fácil todo el camino recorrido. Lo único que sí sabíamos, y es que Raquel jamás iba a ser ingeniero, o arquitecto, o matemático o cosas en las cuales fueran involucrados los números, pero si nos dispusimos como familia, ayudarle a salir adelante tratando de que entendiera las cuentas básicas, je,je, aunque no pudiera realizar un cálculo trigonométrico, sino que se pudiera darse cuenta de que no la estuvieran esquilmando con el dinero del super, como un ejemplo Y podemos decir: "EBEN-EZER" con Raquel, porque sus estudios universitarios los pudo terminar conociendo lo mínimo de las matemáticas para poder realizar lo necesario en sus modelos y hechuras que hiciera. ¿Qué estudió?...¡Diseño de Modas! y vaya que para eso, lo único que se necesita en el aspecto de matemáticas, es conocer sólo lo mínimo, pero si tener mucha creatividad y originalidad. La hermana se ha unido mucho a ella en esta lucha por ayudarle, es más, es Ana Isabel la que le hace todas las cosas en relación a las matemáticas, cosas en las cuales ella salió buena para eso al igual que su hermano Alex y aunque ya todos sabemos que esa siempre será la nube que puede obscurecer el camino de Raquel, sus hermanos están muy dispuestos a salir adelante con ella, ayudándole en todo. En fin, como padres podemos decir: ¡Misión cumplida! Dios fue el que nos ayudó en todo estos años con ella, que la lucha no fue fácil, pero, ¿quién ha dicho que lo que se hace bien es fácil de hacer? y es un gusto muy grande para mí, decirle desde este manantial a mi hija en unión de ustedes:

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, RAQUEL!

Besitos para todos.