¡Desempacando!

Recién vengo llegando, ni siquiera he podido desempacar y traigo un cúmulo de experiencias. Para mi persona: ¡todas buenas!, para el carrito -el Tigrín- pues no puedo decir lo mismo. Creo que el automóvil quiso sentir lo que era "calentarse" en las curvas a San Marcos,Gt. ja,ja,ja,ja, pero nada que haya pasado a mayores. Sólo detenerse un poco para "bañarlo", ja,ja,ja, y luego de regreso, ¡exactamente en el mismo lugar! tuvimos que detenernos porque como el auto es muy nuevecito, je,je, se le habían soltado los tornillos o qué se yo de la vara que sostiene el motor ¡uy!, así que ahí empezaron las carreras... ¡pero para mi esposo!. Fue una buena experiencia para él, el tomar un taxi guatematelco para poder ir a un lugar en donde viniera un mecánico. Y sí, el "Tigrín" con todos nosotros, fuimos a parar a San Rafael de la Cuesta para que le "amarraran" lo necesario. No conocían la marca WV, tan famosa en México. Así que al no tener los tornillos, ¡lo amarraron!, ja,ja,ja,ja. Ahora sí puedo decir que traíamos bien "amarradito" al cochecito, je,je.


Mientras subíamos, después de pasar la Frontera, decíamos que el "Tigrín" decía como el trenecito que sale en "Dumbo" al ir subiendo la cuesta: "podré subir, podré subir" y ya cuando llegamos, decía: "logré subir, logré subir", ja,ja,ja,ja.



Algo que sí es muy digno de decir, y es que los guatemaltecos, son muy amables y serviciales. Cuando íbamos a casa del hermano Abisaí Orozco, -que iba con nosotros en el auto porque nos fue a recoger a la frontera- ya casi por llegar a la casa, en una subida, ¡zaz! que se vuelve a calentar el carrito ¡ay! e inmediatamente muchos guatemaltecos corrieron a colocar piedras y maderos detrás de las llantas para que no se viniera hacia abajo. ¡Qué lindos hermanos latinos! Lo que había sucedido, era que mi querido esposo, al radiador, no le había puesto la tapa ¡sigh! cuando lo "bañó" en aquella parada, y toda el agua se había evaporado. Gracias a Dios que no se cayó la tapa en el camino ¿se imaginan? Así que cuando miró dentro del motor ¡sigh! ¡ahí estaba la tapa! ¡gracias a Dios! Inmediatamente, el señor de una tienda trajo un bote con agua. Bueno, tuvieron que ser muchos botes, je,je.
El cuidado de Dios lo vimos vez tras vez. Él siempre nos cuida. Lo que sucede es que no lo podemos palpar.


Al pasar por el estado de Oaxaca (en México), había un tramo de la carretera muy llena de hoyos y que todavía le ponían ¡reductores de velocidad!, ja,ja,ja, como si uno pudiese correr con tantos obstáculos, ja,ja,ja,ja, fue algo que nos causó mucha gracia. Pero dentro de tantos "hoyitos" una de las llantas, quiso recoger una esquirla de metal, je,je, y justo al pasar por una gasolinera, un trabajador de...¡ups! no me acuerdo el logo, pero no hay problema, este trabajador en su camioneta, se le adelantó a mi esposo y le dijo que estaba muy baja la llanta y justamente enfrente de la gasolinera había una talachera -donde componen las llantas- y vaya que sí le agradecimos al Señor, el que hubiese impedido de esta manera, el haber perdido una llanta, aunque llevábamos una de repuesto,y todo fue justamente en donde había ¡todo! ¡gloria a Dios por su cuidado!.

Como familia nos gozamos ampliamente. Ya tenía tiempo que no habíamos podido salir juntos, y esta salida la disfrutamos ampliamente. Siempre fuimos muy unidos, pero debido a situaciones de estudios y ahora de trabajo, pues no habíamos podido coincidir.Así que esta salida, la disfrutamos a pleno. Creo que los cinco de alguna manera, nos dábamos cuenta, que esta ocasión, quizá no la podamos repetir y los cinco ¡nos portamos bien!, ja,ja,ja.
Gracias a Dios, no perdimos nada. De salud estuvimos excelentemente. Sólo las peripecias con el "Tigrín", que dice mi esposo que esta es su última vez. Bueno, creo que ya se merece sus vacaciones de salidas largas, je,je, porque ha ido tres veces a Guatemala y tres veces a Sinaloa (que es más kilometraje que a donde fuimos) y ya hay que ver que la edad, tal como yo, no le ayuda mucho al auto, je,je. Pero este autito ha sido una bendición en nuestra vida, porque recién se acaba de pintar, después de tener por 17 años su pintura original y el motor está ¡como si fuera nuevo! ¡wow! Con decirles que hay "cola de espera" por si lo queremos vender, ja,ja,ja,ja, pero dice mi esposo que ¡no!, que lo heredaría mi hijo. Y allá que termine el auto su vida, sirviendo al Señor junto con mi hijo.
Todo mundo nos dice que necesitamos una camioneta, pero dice mi esposo, que ya para él y para mí, no necesitamos nada grande (además, como Rudy es de Sinaloa, no vayan a pensar que le hace al narcotráfico ¡uy!) así que por algo Dios no ha permitido que tengamos otro automóvil y Él ha bendecido grandemente a este viejito, el famoso "Tigrín", pero ya veremos, porque siempre hemos pensado en tener para dar para su servicio, así que Él dirá, cuál es el próximo automóvil. A mi me da igual la marca, no quiero nada para presumir, sólo algo que nos sirva para servirle a Él.
Fuimos a Guatemala a dar pláticas en un campamento sobre ¡SEXO!, ja,ja,ja,ja.
1.- Todo lo que el joven necesita saber acerca del Sexo
2.- Relaciones prematrimoniales
3.- Masturbación
4.- Perversidades sexuales
5.- Aborto.
Esperamos en el Señor que hayan sido de bendición para todos los camperos. Esa fue y es nuestra oración, y el fin: "...para que no pequéis"
Estamos tan urgidos, de imprimir en la mente de cada joven cristiano todas estas cosas ¡para que no pequen! ¡El Señor está cerca! Y no debemos tomar nuestra salvación en Cristo, su sacrificio expiatorio por nuestros pecados, sólo como un boleto contra fuego eterno ¡ay, no! ¡qué cosa más terrible! Debemos de vivir en la santidad para la cual Él nos salvó y ser de alabanza para su gloria. Este es nuestro fin. No sólo hablar por hablar. O que vean que soy muy "bueno" en ésto. No se valen estas motivaciones. Un día daremos cuenta de lo que hayamos hecho mientras estábamos en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
Les deseo a todos que pasen en unión de su familia o seres queridos, amigos, ¡una feliz Navidad!
Seguir recordando que Cristo nació en mi corazón, no nada más en Belén y ésto: ¡HAY QUE DECIRLO!
Les envío a todos un fuerte abrazo y un besito. Ya saben cómo se lo van a repartir.
(Abro un paréntesis al finalizar, para decirles que en la foto, los tenis son de mis dos hijas y el mío. Anduve con el uniforme universal: pantalón de mezclilla y tenis, son ¡comodísimos!)