Regreso como ya me he prometido hacerlo porque ante el empuje de los años : Ya no veo bien, ya no escucho bien y ahora...¡ya no puedo caminar bien! Ja,ja,ja,ja,ja. Cuando hace algunos días yo lo escribía, mal que bien, lo podía hacer (me refiero al caminar), pero el jueves de la semana que acaba de pasar, como todos los días, amaneció y al levantarme...¡zaz! la pierna "buena" no me sostuvo y fue la "mala" la que me tuvo que sostener para no caer al suelo. ¡Qué tristeza tan grande me embargó, y no nada más por aquello que lo único bueno que tenía, ya había perdido su vigor, ¡sino por el dolor tan grande que tuve! y pensé: ¿qué hacer ante una situación así? Pues primero, después de derramar algunas lágrimas -porque el dolor no era para menos- consultar con mi médico de cabecera (mi esposo) y me mandó a reposo; y el calor que había...¡ay! ¡todo lo magnificaba! Así que mi esposo me dijo que subiera a la recámara para estar en el aire acondicionado y aquí quiero abrir un paréntesis para decirles, que aunque tenemos una Nucleoeléctrica muy cerca de nosotros (¡qué tristeza!) y muchos ríos en nuestro estado y por lo tanto, agua abundante, la luz nos sale carísima, que ante este suceso de calores tremendos, toda la "gallera" (así le decía mi mamá a la gente de un mismo lugar) se alborotó, pidiendo que nos descendieran las tarifas eléctricas a la CFE (Compañía Federal de Electricidad), tal como lo hacen con los estados del norte. Pues cierro el paréntesis y continúo diciendo que mi esposo me mandó a la recámara, para que yo estuviera más tranquila y a la vez los dolores se me calmaran (aparte de que me había dado medicina para el dolor) y aquí estoy, después de haberme llevado -pasado 3 días- a sacarme radiografías de ambas rodillas y resulta que casi no tengo ya meniscos -los "colchoncitos" que hay entre los dos huesos que forman la rodilla- así que eso equivale a un chocar entre "fierro y fierro" en caso de ser yo auto, ji,ji,ji. y el día de mañana, voy con un Traumatólogo de rodilla, esperaré a lo que me diga, que más o menos puedo predecir el diagnóstico de que es por Genética la pérdida que tengo, porque: 1.- Nunca de niña fui melindrosa y siempre tomé leche (cuando mi mamá fue maestra rural, los papás de sus alumnos, le traían leche de sus vacas y luego nos invitaban a donde tenían sus "ordeñas" y ahí nos preparaban unos "ponches" riquísimos, ¡hmmmm! 2.- Gracias a Dios, siempre tuve unos padres que procuraban que comiéramos bien, a más de que la situación financiera daba para que nos dieran de comer y bien, ¡Gracias a Dios! ¡No puedo quejarme! 3.- Me tocó la época en que podía uno jugar, saltar, correr, etc, etc, así que no estuve sentada viendo TV, salvo algunos programas de caricaturas como "Porcky pig" "Bugs Bunny" "El Llanero Solitario" y alguno programas de "espantos" como "Rumbo a lo Desconocido" (que ahora veo y me río de lo que para nosotros -mis dos hermanos y yo- lo considerábamos: "espelunante", ja,ja,ja,ja,ja) 4.- Cuando joven preparatoriana, me encantó practicar, bueno, en eso me puso la maestra de Educación Física que estaba a cargo de nuestro grupo: "Carrera de Velocidad o de 100 m." Me fascinaba correr, me encantaba el viento que me daba sobre mi cara al correr en los cien metros de velocidad. 5.- Siendo estudiante universitaria, caminaba mucho (para ahorrarme el dinero de los autobuses, ja,ja,ja,ja) así que, este desgaste o pérdida no la tengo por no haber tenido buena ingesta de calcio u otra vitamina o mineral, ni tampoco por falta de ejercicio físico; siempre tuve el peso ideal (¡Wow! ¡ahora lo aprecio y agradezco a Dios tal privilegio, pero nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde!, ja,ja,ja,ja,ja) Ni tampoco tuve la ingesta de café (ya ven que la cafeína compite mucho con el calcio) porque fue hasta la edad de casi 40 años, que empecé a ingerir café haciéndome una "seguidora del café", aunque todavía soy "seguidora" de la leche y ¡del café también!, pero cada uno tiene su tiempo en mi vida. Por ejemplo: Por la mañana, me encanta tomar mi desayuno con una taza de café calientito, ¡hmmmmm! y luego tomo otra taza por la tarde, a la "hora del cafecito" ji,ji. pero si a media mañana, tengo galletas, me encanta tomarlas con leche, bien remojaditas, ¡hmmmmm! ¡qué ricura! No creo que esas dos tazas de café diarias me hayan provocado a tal grado la pérdida de mis meniscos, pero ya veré qué me dice el Traumatólogo, así que la única vía que queda y que es muy cierta: "la herencia" ¡Ojalá fuera de dinero! ja,ja,ja,ja,ja,ja. :D
Ya les estaré informando. Qué de cosas salen cuando uno es "viejito", ja,ja,ja,ja,ja.
Y pensando sobre esto, cavilaba y me ponía delante de mi Señor y Salvador y le decía: "ya no puedo casi caminar, mucho menos correr o saltar, por lo tanto, si alguna vez quisiera regresar a la clase de Párvulos, nunca más lo podré hacer"
(esto me dio mucha tristeza porque adoro a los niños y siento que tengo mucho que enseñarles) pero quien escribe nuestra vida es el Todopoderoso y Él es el que ¡manda y se hace! así que si a Él le parece que debo regresar o estar algunas clases con ellos, ¡la ocasión se presentará! y espero no desaprovecharla. Así que sigo en el pensamiento: ¿qué podré hacer para el Señor ahora que me encuentro así? y pues se me presentó la ocasión de aconsejar por WhatsApp y gracias a Dios que hubo fruto para alabanza de su Gloria. Lo único que se necesita es ponerse delante del Señor y decirle como dice el canto: "Yo quiero ser, Señor amante, como el barro en manos del Alfarero. Toma mi vida y hazla de nuevo, ¡yo quiero ser un vaso nuevo! y yo pienso que aquí, más que ser vaso nuevo, ser un vaso para que se manifieste en todo lugar el olor de su conocimiento.
Además de que podemos orar, ¡eso sí que es un buen ministerio!
Y como diría mi querido Renton: ¡Chuiquitos gordos! y hasta el próximo post.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario