¡Hola amigos bloggeros! :
Estoy poniendo el resúmen de la respuesta de Dany Dañeiluk. Si alguno desea tener el archivo adjunto se lo puedo enviar. Y muchísimas gracias por sus participaciones.
Saludos para todos.
Isa:
Respondo por mail porque quizá no sea adecuado colocar un texto tan extenso como comentario de un artículo de blog. Así y todo, dispone de él como lo desees.
Estoy poniendo el resúmen de la respuesta de Dany Dañeiluk. Si alguno desea tener el archivo adjunto se lo puedo enviar. Y muchísimas gracias por sus participaciones.
Saludos para todos.
Isa:
Respondo por mail porque quizá no sea adecuado colocar un texto tan extenso como comentario de un artículo de blog. Así y todo, dispone de él como lo desees.
La situación que planteas es paradójicamente frecuente y especial.
La factibilidad de juzgar
Creo que juzgar sobre el particular puede ser tan apropiado como inconducente.
Es que cada persona representa un conglomerado infinito de ideas, y cada conflicto de esa persona se traduce en un conglomerado infinito de variables: y cuando se trata de una relación de dos o más personas, esas variables se magnifican exponencialmente. ¡Vaya madeja!
Entonces ¿Cómo aplicar una regla? ¿Cómo considerar que exista una norma que sea a la vez aceptable, justa y reparadora? No lo creo posible desde lo humano.
Las decisiones que surjan a partir de la buena intención humana han de ser inciertas, probablemente con buenos resultados... o con resultados catastróficos.
El consejo de un tercero, aunque bien intencionado, puede constituir una manifestación de imprudencia si, entre otras cosas, se ignora cierta infinidad de cuestiones trascendentales como por ejemplo la relación personal con Dios de cada uno (asunto que no conocemos sino solo Dios), la posición social de cada implicado, el papel de la familia, el contexto sociocultural, las costumbres de la Iglesia, del país, etc.
Así y todo, seguramente debe existir una respuesta a la medida del pensamiento de Cristo. Pero ¿Cómo saberla?
En la Ley
La Torah (A.T.) aporta un marco legal que contempla este tipo de situaciones. Mas esta Ley tiene un contexto definido que la hace inaplicable hoy día. Si leemos todo el capítulo en el que se expone sobre las transgresiones sexuales (Deuteronomio 22:13-30 ) llegaríamos a la conclusión cierta que la Ley contiene preceptos increíblemente extemporáneos e incluso crueles.
Pero es de remarcar que esta Ley, con toda su imperfección (vista a través de la lente de la Gracia y de los tiempos modernos), hace vislumbrar algunos los lineamientos fundamentales del punto de vista divino: Para el caso del pecado sexual, estos lineamientos son las ideas de Justicia y reparación.
El espíritu de la ley paleotestamentaria no tenía en cuenta en su aplicación, la participación activa y directa del Consolador, el Espíritu Santo.
Las normas habrían de aplicarse por los hombres y sobre los hombres. Así es que el hombre victimario (o mujer) habría de ser penado, y en esta pena estaba incluido el concepto de justicia y reparación. El ejecutor y el ejecutado era el mismo: el hombre en cumplimiento de lo dispuesto por el marco legal vigente.
Justicia y reparación del daño
Estos conceptos de justicia mosaica han permanecido en la Gracia, pero reemplazados en su forma, en su objeto y en su actor. En la Gracia quien realiza la obra restauradora, sin perjuicio de lo que le cabe al hombre, es el Espíritu Santo.
Entonces, no necesariamente el hombre debe perdonar, reparar y condenar. Ahora cabe también la acción del Espíritu Consolador.
Entonces, en la Ley y en la Gracia, para Dios la búsqueda sigue siendo la misma (ya mencioné que de diferente manera). Dios va por la Justicia, por la reparación, (o profundizando el concepto: Dios busca la restauración).
Pero ahora, en la Gracia, ¿necesita Dios al “hombre obligado a hacer” para que se cumplan los objetivos de la Ley?.
En algún caso, en la Ley la mujer era obligada a casarse, siendo el objetivo de esta imposición evitar el desamparo. La reparación del supuesto daño estaba entonces a cargo del “victimario”.
Deuteronomio 22:28
Mira como lo plantea Deuteronomio 22:28: “Cuando algún hombre hallare a alguna mujer virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos; entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días”.
En este fragmento no se hace alusión a la posibilidad de un embarazo, mas para el caso da lo mismo. En rigor de verdad, analizar estos versículos da como para escribir unas cuantas carillas. (Por poco no cedo a la tentación de hacerlo)
Entonces, parafraseando el texto y considerando el espíritu de la Ley: “Ojo por ojo, diente por diente; si la embarazaste debes casarte y hacerte cargo”
Pero no es exactamente así como funcionan las cosas en la Gracia. El Espíritu Santo es el elemento novedoso.
Nuevos tiempos
El pecado sexual es gravísimo, mas solo nos percatamos de ello cuando enfrentamos las consecuencias, generalmente ineludibles.
Me pregunto ¿Bendecirá el Señor una unión matrimonial que surge del pecado antes que del amor? A esta altura debería decir que Dios bendice, a priori “la”unión matrimonial”, más allá de las condiciones.
Así y todo, es diferente la interpretación de “cásate porque lo/a amas (aunque haya un embarazo previo)” que “cásate porque hay un embarazo (aunque no estés seguro de que haya amor)”
No creo que hoy en día la respuesta al planteo original sea “Cásate, hazte cargo!”. Creo que la posibilidad de una vida matrimonial sin amor es más grave que asumir la condición de madre soltera.
Cuando de vez en cuando doy alguna charla a los jóvenes no falta la frase “más vale casarse que estarse quemando (dijo Pablo)... pero mas vale quedarse soltero que mal casado (digo yo)”
Me viene a la mente la condición de las madres jóvenes que enviudan. ¿Faltará la protección de Dios? ¿Faltará Dios a su promesa de ampararlas?
De la misma manera, creo que el Señor no desamparará a quien habiendo pecado se arrepiente, si es que lo hace de corazón, ya que en la Gracia la posibilidad de restauración divina no tiene escalafones ni graduaciones. Así y todo, las consecuencias del pecado habrán de pagarse. La pérdida de la virginidad (si se considerara a esta como virtud), el embarazo no deseado, los conflictos derivados, el derrumbe de los planes futuros, etc.
Pero esto que acabo de describir como “consecuencias del pecado” se dan primordialmente en el plano material. En el plano espiritual, mediante la obra restauradora del Espíritu Santo la sanidad puede y debería ser completa. El Rey David cometió pecado sexual y homicidio, pero fue restaurado. ¡Cuanto más será indulgente el Señor con una joven que cedió a la más poderosa de las tentaciones!
Entonces, completada la restauración (cosa solo conocible por el sujeto y Dios mismo), la condición de una madre soltera sería más o menos equivalente a la de una joven que enviúdese. Sí, sí... quizás sea un poco rebuscado, pero es una forma que se me ocurre para explicar una situación de hecho en el contexto de la restauración completa obrada por el Espíritu Santo.
Entonces, dije antes que en la Ley se necesitaba necesariamente al hombre para que se haga Justicia, para que este repare el daño. Pero vemos que en la Gracia ya no. El hombre es prescindible, y a falta de él, opera el Espíritu santo y ¿por qué no? La Iglesia.
Seré algo duro, mas diré mi opinión. Si las cosas se dan de manera que la restauración surja de (o incluya) la reunión de la pareja, bien por ello. Sería ideal.
Mas si no ocurre hay que asumir las consecuencias de los actos y, consecuentemente humillarse ante el Señor (y quede claro que no dije “los hombres”) e implorar de su gracia restauradora.
Así, espiritualmente restaurados, madre soltera, joven madre que enviuda, huérfano, enfermo, discapacitado, sanos y santos: todos estamos en condición similar: pecadores innatos e inmerecedores de la Gracia. Así y todo, Dios la entrega.
Para el caso que planteas en el post, no creo que deban desestimarse las leyes seculares, siempre y cuando estas no estén reñidas con los principios bíblicos. A mi juicio, el padre biológico (o su familia) debería responder económicamente por su condición.
Solo descartaría esta opción si surgiera la indubitable convicción del Espíritu Santo que indique a la joven (si es que mora en ella): “Puedes perdonarlo, yo me hago cargo, no le reclames nada... he aquí todas las cosas son hechas nuevas”.
Dios perdona, Dios restaura, Dios ampara, Dios es fiel.
Los hombres son prescindibles.
Dany
Creo que juzgar sobre el particular puede ser tan apropiado como inconducente.
Es que cada persona representa un conglomerado infinito de ideas, y cada conflicto de esa persona se traduce en un conglomerado infinito de variables: y cuando se trata de una relación de dos o más personas, esas variables se magnifican exponencialmente. ¡Vaya madeja!
Entonces ¿Cómo aplicar una regla? ¿Cómo considerar que exista una norma que sea a la vez aceptable, justa y reparadora? No lo creo posible desde lo humano.
Las decisiones que surjan a partir de la buena intención humana han de ser inciertas, probablemente con buenos resultados... o con resultados catastróficos.
El consejo de un tercero, aunque bien intencionado, puede constituir una manifestación de imprudencia si, entre otras cosas, se ignora cierta infinidad de cuestiones trascendentales como por ejemplo la relación personal con Dios de cada uno (asunto que no conocemos sino solo Dios), la posición social de cada implicado, el papel de la familia, el contexto sociocultural, las costumbres de la Iglesia, del país, etc.
Así y todo, seguramente debe existir una respuesta a la medida del pensamiento de Cristo. Pero ¿Cómo saberla?
En la Ley
La Torah (A.T.) aporta un marco legal que contempla este tipo de situaciones. Mas esta Ley tiene un contexto definido que la hace inaplicable hoy día. Si leemos todo el capítulo en el que se expone sobre las transgresiones sexuales (Deuteronomio 22:13-30 ) llegaríamos a la conclusión cierta que la Ley contiene preceptos increíblemente extemporáneos e incluso crueles.
Pero es de remarcar que esta Ley, con toda su imperfección (vista a través de la lente de la Gracia y de los tiempos modernos), hace vislumbrar algunos los lineamientos fundamentales del punto de vista divino: Para el caso del pecado sexual, estos lineamientos son las ideas de Justicia y reparación.
El espíritu de la ley paleotestamentaria no tenía en cuenta en su aplicación, la participación activa y directa del Consolador, el Espíritu Santo.
Las normas habrían de aplicarse por los hombres y sobre los hombres. Así es que el hombre victimario (o mujer) habría de ser penado, y en esta pena estaba incluido el concepto de justicia y reparación. El ejecutor y el ejecutado era el mismo: el hombre en cumplimiento de lo dispuesto por el marco legal vigente.
Justicia y reparación del daño
Estos conceptos de justicia mosaica han permanecido en la Gracia, pero reemplazados en su forma, en su objeto y en su actor. En la Gracia quien realiza la obra restauradora, sin perjuicio de lo que le cabe al hombre, es el Espíritu Santo.
Entonces, no necesariamente el hombre debe perdonar, reparar y condenar. Ahora cabe también la acción del Espíritu Consolador.
Entonces, en la Ley y en la Gracia, para Dios la búsqueda sigue siendo la misma (ya mencioné que de diferente manera). Dios va por la Justicia, por la reparación, (o profundizando el concepto: Dios busca la restauración).
Pero ahora, en la Gracia, ¿necesita Dios al “hombre obligado a hacer” para que se cumplan los objetivos de la Ley?.
En algún caso, en la Ley la mujer era obligada a casarse, siendo el objetivo de esta imposición evitar el desamparo. La reparación del supuesto daño estaba entonces a cargo del “victimario”.
Deuteronomio 22:28
Mira como lo plantea Deuteronomio 22:28: “Cuando algún hombre hallare a alguna mujer virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos; entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días”.
En este fragmento no se hace alusión a la posibilidad de un embarazo, mas para el caso da lo mismo. En rigor de verdad, analizar estos versículos da como para escribir unas cuantas carillas. (Por poco no cedo a la tentación de hacerlo)
Entonces, parafraseando el texto y considerando el espíritu de la Ley: “Ojo por ojo, diente por diente; si la embarazaste debes casarte y hacerte cargo”
Pero no es exactamente así como funcionan las cosas en la Gracia. El Espíritu Santo es el elemento novedoso.
Nuevos tiempos
El pecado sexual es gravísimo, mas solo nos percatamos de ello cuando enfrentamos las consecuencias, generalmente ineludibles.
Me pregunto ¿Bendecirá el Señor una unión matrimonial que surge del pecado antes que del amor? A esta altura debería decir que Dios bendice, a priori “la”unión matrimonial”, más allá de las condiciones.
Así y todo, es diferente la interpretación de “cásate porque lo/a amas (aunque haya un embarazo previo)” que “cásate porque hay un embarazo (aunque no estés seguro de que haya amor)”
No creo que hoy en día la respuesta al planteo original sea “Cásate, hazte cargo!”. Creo que la posibilidad de una vida matrimonial sin amor es más grave que asumir la condición de madre soltera.
Cuando de vez en cuando doy alguna charla a los jóvenes no falta la frase “más vale casarse que estarse quemando (dijo Pablo)... pero mas vale quedarse soltero que mal casado (digo yo)”
Me viene a la mente la condición de las madres jóvenes que enviudan. ¿Faltará la protección de Dios? ¿Faltará Dios a su promesa de ampararlas?
De la misma manera, creo que el Señor no desamparará a quien habiendo pecado se arrepiente, si es que lo hace de corazón, ya que en la Gracia la posibilidad de restauración divina no tiene escalafones ni graduaciones. Así y todo, las consecuencias del pecado habrán de pagarse. La pérdida de la virginidad (si se considerara a esta como virtud), el embarazo no deseado, los conflictos derivados, el derrumbe de los planes futuros, etc.
Pero esto que acabo de describir como “consecuencias del pecado” se dan primordialmente en el plano material. En el plano espiritual, mediante la obra restauradora del Espíritu Santo la sanidad puede y debería ser completa. El Rey David cometió pecado sexual y homicidio, pero fue restaurado. ¡Cuanto más será indulgente el Señor con una joven que cedió a la más poderosa de las tentaciones!
Entonces, completada la restauración (cosa solo conocible por el sujeto y Dios mismo), la condición de una madre soltera sería más o menos equivalente a la de una joven que enviúdese. Sí, sí... quizás sea un poco rebuscado, pero es una forma que se me ocurre para explicar una situación de hecho en el contexto de la restauración completa obrada por el Espíritu Santo.
Entonces, dije antes que en la Ley se necesitaba necesariamente al hombre para que se haga Justicia, para que este repare el daño. Pero vemos que en la Gracia ya no. El hombre es prescindible, y a falta de él, opera el Espíritu santo y ¿por qué no? La Iglesia.
Seré algo duro, mas diré mi opinión. Si las cosas se dan de manera que la restauración surja de (o incluya) la reunión de la pareja, bien por ello. Sería ideal.
Mas si no ocurre hay que asumir las consecuencias de los actos y, consecuentemente humillarse ante el Señor (y quede claro que no dije “los hombres”) e implorar de su gracia restauradora.
Así, espiritualmente restaurados, madre soltera, joven madre que enviuda, huérfano, enfermo, discapacitado, sanos y santos: todos estamos en condición similar: pecadores innatos e inmerecedores de la Gracia. Así y todo, Dios la entrega.
Para el caso que planteas en el post, no creo que deban desestimarse las leyes seculares, siempre y cuando estas no estén reñidas con los principios bíblicos. A mi juicio, el padre biológico (o su familia) debería responder económicamente por su condición.
Solo descartaría esta opción si surgiera la indubitable convicción del Espíritu Santo que indique a la joven (si es que mora en ella): “Puedes perdonarlo, yo me hago cargo, no le reclames nada... he aquí todas las cosas son hechas nuevas”.
Dios perdona, Dios restaura, Dios ampara, Dios es fiel.
Los hombres son prescindibles.
Dany
¿Qué les pareció lo que opina nuestro buen Dany?.
Pronto estaré con otro tema para este blog en cuanto me desocupe un poquito de todas las actividades que tenga por ahorita y mientras tanto les envío mis cariños más sinceros.
16 comentarios:
Hola Isa!.
La respuesta de Dany, es la que sinceramente yo esperaba de el,ya que con el tiempo que llevo leyendo sus articulos,estaba convencida de su madurez y sabiduria a la hora de tratar asuntos como estos,siempre poniendo la luz de la Palabra por delante,y digo la luz de la Palabra,porque esto es lo que trae una buena intepretacion,luz y no oscuridad ni confusion.Cito las frases imperdibles en mi opinion:
"Entonces, parafraseando el texto y considerando el espíritu de la Ley: “Ojo por ojo, diente por diente; si la embarazaste debes casarte y hacerte cargo”..Pero no es exactamente así como funcionan las cosas en la Gracia. El Espíritu Santo es el elemento novedoso"
"No creo que hoy en día la respuesta al planteo original sea “Cásate, hazte cargo!”. Creo que la posibilidad de una vida matrimonial sin amor es más grave que asumir la condición de madre soltera."
"Seré algo duro, mas diré mi opinión. Si las cosas se dan de manera que la restauración surja de (o incluya) la reunión de la pareja, bien por ello. Sería ideal.
Mas si no ocurre hay que asumir las consecuencias de los actos y, consecuentemente humillarse ante el Señor (y quede claro que no dije “los hombres”) e implorar de su gracia restauradora."
"Así, espiritualmente restaurados, madre soltera, joven madre que enviuda, huérfano, enfermo, discapacitado, sanos y santos: todos estamos en condición similar: pecadores innatos e inmerecedores de la Gracia."
"Así y todo, Dios la entrega.
Dios perdona, Dios restaura, Dios ampara, Dios es fiel.Los hombres son prescindibles."
Quiza les parezca tonto,pero debido a todo lo que he vivido y estoy viviendo,mi corazon siente gozo fresco de ver como todavia quedan hombres que utilizan la Biblia responsablemente,me gozo de ver que todavia hay hombres que al estudiar e interpretar la Biblia, tiran a un lado los legalismos y formalismos de piedra y nos hacen sentir que la Palabra es y seguira siendo viva y eficaz siempre que la necesitemos.
Gracias Dany por ser de bendicion.
Gracias Isa por traer un tema del que todos hemos aprendido con las diversas opiniones.
Un abrazo.
En una actitud simplista debo admitir que estaba esperando alguna respuesta contundente, como esta, y que estuviera de acuerdo con ella para decir: "opino lo mismo"...je je...disculpas, pero en las plabras de Dany ha quedado todo bien y mejor expresado.
¡Shalom!
Mis amados Brisa y José, estoy de acuerdo con uds. y también al igual que sus opiniones, pensaba encontrar "algo", que no será exactamente lo que nos lleve a que todo esté 100% bien, pero por lo menos allanará el camino de una manera mejor y fue por eso que quise hacer este "post del post".
Aunque ya con mis años vividos, siempre tenía y tengo unas dudas, y esta es relativa con respecto a la vida sexual posterior a todo lo sucedido, pero bueno, eso...!ya es otro rollo!, como últimamente se dice por acá en México, ja,ja,ja.
Les envío mis cariños y gracias por compartir.
Gracias Isa por plantear el tema y Dani por esta respuesta...solo me queda decirles que he aprendido hoy algo màs una respuesta muy buena y de edificacion para mi vida y comparto con Brisa al decir siente gozo fresco de ver como todavia quedan hombres que utilizan la Biblia responsablemente,me gozo de ver que todavia hay hombres que al estudiar e interpretar la Biblia, tiran a un lado los legalismos y formalismos de piedra y nos hacen sentir que la Palabra es y seguira siendo viva y eficaz siempre que la necesitemos. Yo tambièn me gozo. Un abrazo Isa
Gracias, Dany, por tu respuesta. Perdón, Isa, que ya no comenté en el post pasado. En realidad, me surgen varias preguntas y cuestiones que me hacen frenar un poco para dar mi opinión. Es decir, siempre me he preguntado porqué hacemos tanto énfasis en el amor en el matrimonio, si durante más de diecinueve siglos esa cuestión no entraba en la ecuación (ni siquiera en la Biblia).
Tú te casabas con quien tus padres elegían para ti, sin estar enamorado en la mayoría de los casos. ¿No será que usamos de pretexto "el enamoramiento" para no asumir nuestra responsabilidad?
Luego, pienso en las muchas parejas que viven infelices -sí- pero que se casaron supuestamente enamoradas. O pienso en los que se casaron "a la fuerza" y hoy viven en el poder del Espíritu una relación sana y bendecida.
Así que, perdóname si no digo mucho y solo lanzo más preguntas, pero en realidad no me siento con la autoridad de enunciar un juicio, y por otro lado, comparto mucho de lo que Alex sugiere en sus comentarios. Quizá debo seguir pensando.
Gracias mi amada Paty por venir a compartir a mi manantial y visitarme a pesar de que he andado fuera por mucho tiempo y todavía me falta un poco, pero dentro no muchos días de nuevo regreso a la carga.
Besitos para ti mi linda peruana.
Mi Keila amada, el punto que tocas, al igual que lo tocó antes Alex y lo comparten otros hermanos como Victor por ejemplo, pues fue algo que me costó muchísimo trabajo comprender, bueno, la Biblia lo dice en Corintios, que cuando somos niños, hablamos y pensamos como niños y además habla todo sobre lo que exactamente es el amor. Siento que la edad me ha hecho cambiar algunos pensamientos, además de que cuando uno ya es casado y comparte su vida con otra persona ¡las cosas cambian!, es increíble pero cierto, pero después de tantos años de escuchar, consolar, exhortar y no sé qué otras palabras se puedan decir con respecto a los matrimonios, te puedo decir que comparto el sentir de Alex, Dany, Victor y ahora el tuyo.
Dios sabe todo, los que fallamos somos nosotros.
Te mando mi amor.
Mis felicitaciones para Dany, por la super respuesta...pero estoy con la respueta de brisa nocturna, yo soy mas breve y pienso que si estas enamorado casate, si no lo estas ni te se ocurra casarte,puede ser desastroso !
mi querida isa,eres encantadora, tus comentarios en mi blog me hacen muy feliz,y cuando visito tu página me siento un poco mejor,por lo buenos que sois todos.
Yo estuve una infancia un poco complicada, rebelde y peligrosa para mi mismo,mi padre se caso de segundas y yo naci cuando el tenia 64 años,tenian medios economicos suficientes para verme dado los mejores estudios en los mejores colegios y sin embargo por poco salgo vivo de la infancia...con eso quiero decir que lo de casarse es importante, pero lo es mas la vida que viene en camino, un padre y una madre responsables de su hijo, casados o no casados
un beso Isa desde España
Gracias estimado Rafael por seguir visitándome y compartiendo tu opinión no sólo conmigo, sino con todos los que me visitan.
Y pues vaya que si cometemos errores como humanos que somos, pero lo más hermoso es cuando los podemos corregir en nuestros propios hijos; aunque "por ahí se dice" (léase: libros) que repetimos las conductas con las cuales nos forjaron nuestros padres, aunque, bueno, en eso también hay enmienda.
Gracias a Dios por tu familia y la oportunidad que tenemos todos de contar con nuestro hermoso Dios y Salvador que nos ayuda a compartir con ellos la vida que Él nos concede.
Recibe mis saludos desde México.
Isa gracias x pasar a mi blog. Concuerdo con lo que me pusiste.
Un beso
Que buena respuesta!!!!! A los dos gracias, uno por la autoria y otro por postearlo.
Ya no alcance a comentar en el otro post aunque si lo leí y debo decir que mi respuesta es muy similar a la que nos compartes.
El Señor me ha permitido servirle en casos así y definitivamente no se puede negar su hermosa gracia y su inagotable amor. Ese amor perfecto que nadie más puede dar.
En casos así, ok, ya se metió la mata, ya uno la regó pero no podemos quedarnos ahí y hay que seguir hacia adelante, hacia la meta.
En este caso no creo que se deba imponer, sino al contrario, dejar la decision de qué quieren hacer a el y ella. Ya cada uno sabrá cómo toma su decisión, si por su carne o lo ponen en oración y obedecen la guía del Señor.
En cualquier caso Dios no nos desampara, no nos deja y no nos voltea la cara pues nos acoge por nuestro arrepentimiento.
Si se casan Dios estará con ellos y si se es madre soltera también. Dios restaura, Dios levanta, Dios perdona.
Definitivamente una decisión u otra va a tener sus consecuencias y debemos asumirlas... las consecuencias no se pueden evitar pero si se pueden pasar mejor si atravesamos por ellas bien sujetos de la mano de Dios.
La Palabra tambien nos enseña que si algo te es ocasión para pecar o sabes que tal camino te va a llevar a muerte entonces es mejor evitarlo. Entonces, no sirve un matrimonio forzado si sabes que no hay compromiso y q al paso de los años van a buscar una o varias parejas... y nos vamos de pecado en pecado y se hace un mugrero increíble.
No se, lo que me queda claro es que el amor de Jesus tiene unos alcances infinitos, una potencia ilimitada y Su gracia y la obra del Espíritu Santo es sinigual.
Vaya que nos has puesto a todos a escribir Isa! jeje más post de estos jojo
Un abrazo
Gracias Paloma por pasar a comentar, otro beso para ti. Y mi querido Gusmar, muchas gracias por tu comentario y sigue escribiendo de lindo como lo has hecho hasta ahora. Y mi querida Jessie, me da tanto gusto leer tu comentario, muchísimas gracias por venir a mi manantial a comentar.
Y verdaderamente que el amor del Señor es eterno tal cual Él es.
Saludos y bendiciones para los tres.
Mucho trueno, muchas nuves, nada de lluvia
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