lunes, 21 de enero de 2008

¡Ay, las mujeres!


Este título nació de mirar un anuncio comercial, ¿uno? ¡no!... ¡muchos!.

Me refiero a los anuncios que pasan en el Cable por el canal 55 y verdaderamente que son ¡sorprendentes!, a más de que lo hacen a uno reir, bueno, si se es mujer, porque los varones no lo creo mucho, porque precisamente son muy descriptivos de los hombres. Pero quiero decir a favor de los hombres que:

1.- no son todos así

2.- ¡todos son preciosos! y vienen de todos los colores, complexiones, con poco pelo ¡o sin él!, o con abundante cabellera, que puede ir desde el negro azabache hasta pasar por un castaño que también tiene sus tonalidades de "Otoño cercano hasta castaño maple" siguiendo de un "rojo verano en Niza" hasta un "rubio platinado" y todos los intermedios que hay entre éstos. ¡Sip! hay colores inimaginables. Además que también vienen en todos los tamaños, desde el tamaño: "para apoyarse en ellos" (léase "chiquitos") hasta los de tamaño "expresionistas" porque te hacen decir: ¡wow! ¡grandotes aunque me peguen!, ja,ja,ja, bueno, esto de que me peguen es sólo un decir, pero nos hacen pensar qué fantásticos son los hombres.

Además que Dios les concedió a ellos ser los responsables...¡de todo! ¿no es admirable?, ja,ja,ja,ja, algunas mujeres se molestan, pero si se sientan y lo meditan muy bien, todo resulta super favorable para nosotras. Es más, cuando Dios creó a la mujer, la trajo al varón, no la mandó como dice la vox populi mexicana: "como un tenate de encomienda" ó sea, no le dijo: "ya vete y haber cómo llegas", ¡de ninguna manera!, nos trajo especialmente, ¡qué privilegio! y ¿qué tenemos que hacer?, sólo ser lo lindo que le faltaba al hombre.

Chicas, anímense. En todos estos años, no he observado a una mujer que no le haga falta a un varón junto a ella -los motivos se los dejo a ustedes- y tampoco no he dejado de ver, lo que una mirada con "caída de pestaña" hace cuando mira a un varón, y... ¿quieren algo más?, vean lo que hace una lágrima -si es de cocodrilo o no, se los dejo a su elección- cuando brota en una dama...¡pum!, el chico se desborda con un: "no por favor, ¡no llores!".

¡Ay, mujeres!, tienen muchísimas cosas para ganar y lo sabemos. Nada como un lindo pucherito, un ademán muy coquetón y qué se yo de otras cosas que ustedes ya saben pero que no voy a escribir aquí, no puede ser posible eso, ¡no voy a descubrir a mis congéneres!, ja,ja,ja,ja, pero trátenlos con amor, ¡yo sí lo hago con el mío!. Los hombres son ¡fabulosos!, especialmente cuando hace frío y les ponemos los pies helados en su cuerpo calientito, ¡ah, qué rico! y ellos, soportan estoicamente ¡porque nos aman!. Creo que esta es la mejor manera de decirnos "te amo" y vaya que las que estamos casadas, sabemos apreciar esto.

Así que no le tengan miedo al matrimonio. Fue idea de Dios, Él lo instituyó.

¡Bienaventuradas las casadas!, ja,ja,ja,ja. Seamos la linda corona que la Biblia dice. ¿Qué en dónde está eso?, bueno, te lo dejo de tarea. Espero que les haya gustado este chiquito post.

Besitos para todas las hermosas féminas que lean este blog y saludos del oso para todos los varones con los cuales comparto estas letras.

jueves, 10 de enero de 2008

Mi papi



Hoy es 11 de Enero, y si mi papi viviera en esta tierra, ¡cumpliría 81 años!
A pesar de los años que han pasado, ya son 11 años en que él partió con el Señor a gozarse en la gloria con nuestro amado Salvador.
Todavía le recuerdo con mucho cariño y algunas veces al recordarle, se me salen algunas lágrimas a pesar de los años transcurridos. Extraño su presencia, sus consejos, sus chistes, sus oraciones y todos aquellas cosas que él hacía para hacer más agradable su tiempo que compartía con nosotros. Nos inventaba trabalenguas, adivinanzas,juegos, poemas,dramas, ¡admirable padre!
Recuerdo perfectamente que él fue uno de los instrumentos que Dios utilizó para traer mi vida a los pies del Salvador, porque el cambio que observé, no sólo en mi papá, sino también en mi mamá, hizo que yo anhelara ser igual que ellos...¡de Cristo!

Siempre admiré a mi papi, porque su estilo de disciplina y educación para con nosotros, era completamente diferente a la del estilo de educación que en esa época se utilizaba.
Sólo una vez me dió con el cinturón en el trasero.¡Lloré mucho!, pero él me consoló, tomándome en sus brazos y diciéndome lo que me amaba y que no volviera hacer esa misma cosa que desencadenó la disciplina punitiva. ¡Acertó!, ¡Nunca más lo hice!. Le amaba y quería agradarle. Él apoyaba, que si necesitábamos algún golpe para quitar ciertas costumbres adquiridas incorrectas, se nos debía dar con un cinturón ¡no con la mano! en el trasero.
Nunca supe dónde lo aprendió, porque él no era cristiano, nunca lo ví leer la Biblia, en casa había de todo tipo de lectura, excepto esa. Debido a los problemas habidos y ciertas circunstancias que él observó cuando joven en la iglesia tradicional, la abandonó al igual que mi mamá, por lo tanto, crecimos en "tierra de nadie", teológicamente hablando.
Siempre trataba de platicar con nosotros y lo hacía de tal manera, que nos hacía sentir compungidos por lo que habíamos hecho. ¡Admirable! ¡No era cristiano! ¡Wow!.
No bebía alcohol. No era como los hombres clásicos "estilo mexicano" que salían tanto en las películas de charros: borracho, mujeriego y parrandero. ¡Nada de eso fue él!.
Sin ser cristiano, lo parecía, porque llevaba una vida recta, honesta, sin vicios destructivos y de una sola línea.
Desde niño fue sobresaliente en su escuela por su coeficiente intelectual. Estaba en lo alto de la lista del IQ. Le decían los psicopedagogos, que un puntito más y hubiese sido un genio. Aún ya siendo de aproximadamente 60 años, cuando era calificado por psicólogos por causa de su trabajo, estos quedaban asombrados al observar su capacidad mental, y aunque sufrió embates de la vida, conservaba su inteligencia. Creo que de ahí nació mi admiración por todos aquellos varones y mujeres inteligentes y capaces, no importando su físico.

Recuerdo perfectamente la lucha que mi padre sostuvo para poder aceptar a Cristo. Él tenía que quitar el ídolo que le robaba su tiempo, aunque no nos lo quitaba a nosotros,porque lo compartía con la esposa e hijos. Pero él ponía en balance su pasión y el Señor, y no se atrevía a decidirse por Cristo.
¿Saben cuál era esa pasión, ese ídolo que le impedía seguir a Cristo? ¡EL FUTBOL! ó FOOTBALL, según lo quieran escribir, no hay problema.
Pero habiendo participado en este deporte desde que era un niño, era una pasión completamente desarrollada y arraigada.
Había sido campeón goleador de la cuarta liga en el Puerto de Veracruz, Mex. Lucía con orgullo el número 10 en su camiseta. Casi todos sus hermanos participaban en el equipo, así que era casi "El equipo de los Fernández", ja,ja,ja,ja.
Y él sabía, que si aceptaba a Cristo, tenía que dedicarle el domingo, ¡y todos los juegos de futbol eran en domingo!, esta era la gran traba para él.
Pero no hay Dios tan poderoso como nuestro Señor, que todo lo puede y el Espíritu Santo ablandó su corazón y rompió el gran y enorme ídolo en su vida. Así que cuando él rindió su vida a Cristo, su vida tal cual había sido cuando inconverso, se convirtió en un siempre: Sí-SÍ ó NO-NO.
Le molestaba profundamente la indecisión de los hermanos y por vivir una vida. Como él decía: "con un pie aquí y otro allá". Para él era: "eres de Cristo, ó no lo eres."
Se volcó completamente al Señor. Y ya siendo cristiano, aunque le fascinaba el fut, siempre decía: "el domingo es para el Señor, no para jugar futbol o hacer otra cosa". Y no sólo lo decía, sino que lo cumplía en su propia vida. Y así crecí desde mis 11 años, sabiendo que el domingo, nuestro día de descanso, era para darlo por completo a Cristo.
Qué tristeza que todas estas cosas se han perdido. Han ingresado a las filas de Cristo, muchos soldados de chocolate, como lo decía el hermano Jorge Werver de Operación Movilización, y han hecho que ese poco levadura, leude toda la masa.
Ya el día de reposo que tenemos ahora como occidentales, lo dediquemos a irnos a diversiones,al cine ó teatro, en cuanto ponemos un pie fuera del local de nuestra congregación. ¿La razón?, nos decimos para nuestro propio interior: ¿acaso no tengo derecho de descansar y tener un relax en este día, ya que trabajo toda la semana?. Yo pregunto: ¿no te relaja Cristo?. ¿Así se relajaba el Señor?. ¿Él aprobaría mi actitud realizada? ¿Qué cuentas le voy a entregar de la mayordomía que me ha dado acerca de mi tiempo y las cosas que hago en él?
Quizá algunos se molesten conmigo,y piensen que soy fanática, pero estoy viviendo probablemente los últimos días de mi año que Dios me concedió. No lo sé, ni tampoco quiero que sientas lástima por mí, porque no es así, ni lo deseo. Pero Dios me ha encomendado a la lectura, la exhortación y la enseñanza (1° Timoteo 4:13) y si no lo cumplo, ¡ay, de mí! ¿qué cuentas entregaré?

Es más, cuando mi papi llegó al final de su vida sin Cristo, su pasión por el deporte, la convirtió en pasión por ganar a otros para Cristo. Yo me avergüenzo ante su testimonio, pero no por él, sino por mí. Tengo que seguir su ejemplo, tener ese mismo celo que él tenía. Dejar que sea el Señor el que mueva mi vida a sentir compasión por las almas perdidas. Pero nunca lo voy a lograr si mi mirada se encuentra en tener posesiones, ropa, viajes, estudios ó alcanzar conocimientos del mundo.
No quiero que se malinterprete mi actitud, ni mis palabras. Es sano practicar deportes, realizar ejercicios, es bueno tener distracciones y más cuando se hacen en familia si ya tenemos hijos y estamos casados. Es lindo tener una casa hermosa y disfrutar una buena cocina, si es que hay las posibilidades para ello. También es bueno tener conocimientos y obtener un título,¡yo he disfrutado de todo esto!, PERO, ¡ay, esos peros!...¿Qué tanto, en porcentaje hablando, le doy a mi Señor? ¿dónde está mi celo por mi Redentor que no le importó tomar semejanza de hombre, sólo por venir a salvarme de mi irremediable destino dado al pecado que en mí estaba?
¡Ay, Señor! ejemplo me has dejado en mi propio padre.
Recuerdo cuando él empezó a sentirse cansado (después supimos que tenía ya colapsado un pulmón), al salir como siempre lo acostumbraba, todas las tardes a visitar con dos hermanos (unos de los muchos a los que les hizo partícipes de la obra) a los cuales trataba de enseñar para que continuaran cuando él ya no estuviera. Ya progresaba su enfermedad que daría fin a su vida terrenal.
Recuerdo que después de diferentes estudios, y habiendo salidos todos negativos, los médicos se encontraban perplejos por desconocer qué exactamente era lo que le estaba consumiendo.
Habiendo sido él un hombre siempre deportista, no habiendo sido fumador ni dado al vino, no teniendo problemas de hipertensión, ni diabético, ni asmático, ni cosas semejantes, todo mundo pensaba: ¿de qué irá a morir Luis?. Pero Dios, ya lo tenía previsto, todo lo sabe mi Señor. Tal cual lo dice en el salmo 139: 16: "...y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.".
Uno de nuestros maestros en la maestría, un eminente Patólogo, fue quien encontró la causa: "Mesotelioma pulmonar". Tenía probabilidad de vida máxima, sólo 5 años. Podía morir en el siguiente minuto o llegar hasta los 5 años. Estaba deshauciado. No había remedio.
Recuerdo que me llamó y me dijo: "dime la verdad hija, cualquiera que esta sea". Yo le dije: "papi, Dios le está concediendo una oportunidad muy grande en su precioso amor hacia ud., porque le está diciendo al igual que al rey Ezequías: "ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás". Y él me contestó: "gracias hija". Y recuerdo que efectivamente, mientras hubo fuerzas y voz en él, puso en orden las cosas de la iglesia.
Quiero comentarles, que Dios le utilizó para levantar la congregación en donde ahora asistimos. Recuerdo que le ayudaba con lo poco que sabía, ¡tocar mi guitarra! y después, conforme se fue expandiendo la obra, él continuaba predicando y dejó en mí, el encargarme de los niños. Por algo Dios fue a lo primero a que me llamó a servirle años atrás, ¡maravilloso Dios que todo lo sabe. (Pueden leer mi post anterior a éste si desean saber más de lo que hablo).
Conforme venían los adultos, también los niños crecían en número, ¡los adultos los traían con ellos!; teniendo después que utilizar más maestras para poder suplir la necesidad de diferentes clases.
Fue para mí, un gran privilegio trabajar con mi padre levantando esa iglesia local.
También salía con él en las visitas a los enfermos, inconversos, etc, llevando el abuelo a Alex -mi hijo mayor- con nosotros por ser pequeño. Así que cuando llegó el momento de partir, él, como Anciano(Pastor) de la iglesia en donde nos congregábamos, arregló todo lo que faltaba por hacer. Le encomendó a mi esposo, la iglesia local en la que estábamos, porque esa era su preocupación, que la iglesia siguiera caminando en el Señor. ¡Tanta era su devoción y preocupación!.
Murió como él lo deseaba: En cama, entre oraciones y cantando la familia su himno preferido:
"Si me preguntan de quién seré
Y a quién he de seguir;
Por Cristo siempre declararé,
servirle es vivir"
Recuerdo que estábamos cantando la tercera estrofa que dice:
"Al buen Jesús le aclamo hoy,
mi Dios y mi Señor...".
Pero hasta ahí él nos escuchó, -murió en plenitud de todas sus facultades- porque exhaló su último suspiro y el resto, lo fue a cantar con nuestro amado Dios y Salvador.
Ejemplo tengo, no podré decir delante de mi Padre Celestial: ¡yo no sabía!, ¡ay!
¡Ay, amado Señor!, que verdaderamente seamos dignos seguidores tuyos. Que todavía nos asombremos ante tu majestuosidad. Que cuando tomemos la Cena que tú instituíste, nuestro corazón rebose de gratitud y adoración ante ti. Que vayamos cargados para darte, no de egoísmo para recibir como si la iglesia fuese un Club Social en donde vamos para que nos den o nos entretengan, sino que seamos SIERVOS, dispuestos a dar. Que anhele reunirme con mis hermanos y no siga el ejemplo de aquellos mencionados en Hebreo 10:25. Pero sobre todo, que arda en mí ese anhelo por alcanzar a los que no te conocen.
Que cada día viva en una casa de cristal, en donde todos puedan ver mi vida y mis acciones. Que recuerde que ya no tengo derechos. Un siervo no los tiene. Y pertenecerte, es lo mejor que me pudo haber pasado. Dejé de servir al amo malo y ahora tú eres mi Señor. ¡Que sea cierto siempre en mi vida!. Que no sólo mi boca diga: "Te amo", sino que también mis hechos lo corroboren ante todos. Que mi vida sea una evidencia tuya en mí.
Hace falta de esta clase de discípulos. ¿Lo soy? ¿lo eres?
El Señor te continúe bendiciendo todos los día de tu vida, este es mi deseo.
Nota: La primera foto, es de mi papi predicando a sólo cuatro meses antes de partir a la presencia del Señor y la última foto, le regala su trofeo a su nieto Alex (mi hijo). La niña pequeña es mi hija Ana Isabel, autora del blog: "Inspiración Silenciosa".

jueves, 3 de enero de 2008

¡Un año más, por favor Señor!


Al escribir el título, hacía memoria: moría el año 1972 y sonaban las campanas, los cuetes, las sirenas de los barcos, la gente gritaba saludando al recién nacido 1973.
En la iglesia en la cual asistía cuando regresaba a las vacaciones de diciembre, se tenía por costumbre, recibir el año nuevo en oración, y recuerdo perfectamente que en esa ocasión, el hermano que hizo la oración final, nos pidió a toda la congregación, que nos pusiésemos de rodillas para orar y recibir así el año nuevo.

Yo lo hice sólo porque así me lo estaban pidiendo, pero me sentía vacía.El gozo que había inundado mi vida, dos años atrás, había quedado en el olvido. Yo me encontraba entre mis dos hermanos, estaban orando fervientemente. Veía sus labios moverse y yo...¡sólo me entretenía mirando a los demás!, arrodillados al igual que yo. Estaba así en ese vacío espiritual, cuando escuché una voz que me dijo: "este año te vas a morir".Recuerdo que abrí mucho los ojos y miré a mis hermanos que estaban orando, pensando que algunos de ellos me estaba jugando alguna broma. Pero no habían sido ellos, y estando en esa situación, volví a escuchar la misma sentencia. Ya para estas alturas, el llanto estaba llegando a mis ojos y dije al percatarme que era Dios mismo el que me estaba hablando: "No Señor, dame un año más, ¡por favor Señor!" y añadí: "no he hecho nada, ¿cómo me voy a presentar delante de ti ¡con las manos vacías!? ¡sólo dame un año más!. Y recuerdo muy claramente haber escuchado otra voz dulce (que enseguida la identifiqué con la de mi Señor Jesús) decir: ¡dale la oportunidad, yo la podaré y cuidaré, y si en un año no da fruto, ¡llévatela!.
Al escuchar ésto, dije: "sí, escuchálo por favor", y la otra voz contestó: "está bien, sólo tienes de oportunidad un año ¡y te vas conmigo!.
Luego recapacité y dije: "pero ¿qué haré?, no me da vergüenza ante ti decirlo Padre, pero ni siquiera conozco mis dones ni para lo que sirvo, ¡nunca he hecho nada!" y el Señor puso en mi mente un texto de Eclesiastés 9:10 : "Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas..." y entonces dije: "Señor, tú sabes que no sé hacer nada, así que todo lo que yo escuche que se trate de servir, me voy a ofrecer a hacerlo, aunque no sepa, tú me tienes que ayudar". Y así quedó sellado el pacto.
No pasó mucho tiempo, y a los pocos días, el penúltimo día para regresar a mis estudios en la capital, llegaron un grupo de chicas de Operación Movilización a la congregación y como era reunión de oración, pidieron ayuda para que el Señor les proveyera de una muchacha que diera clases a unos niños en la capital, cuyas madres eran recién convertidas y necesitaban darles clases de la Biblia a las señoras. Así que inmediatamente yo dije: "ahí está mi primera oportunidad, yo me voy a ofrecer".
Al terminar la reunión, inmediatamente fui con ellas y me ofrecí a ser la maestra para esos niños. Recuerdo que me preguntaron: "¿has dado clases antes a niños?", la respuesta fue no, ¡obviamente! y me volvieron a preguntar: ¿jamás lo has hecho?, de nuevo la respuesta fue ¡no!, y cuando me preguntaron: ¿en qué colonia vives? y al decírselas, se pusieron a llorar y abrazándome, se pusieron a orar, agradeciendo al Señor por su respuesta.
Después supe, que ellas, secretamente, le habían pedido al Señor una chica pero que fuera de... ¡exactamente la colonia de donde yo vivía en México,D.F.!, ¡increíble pero cierto!
A partir de ahí, el Señor ha abierto muchos caminos para servirle. Me he vuelto osada, aunque muchísimas veces, he tenido mucho temor. He ido descubriendo mis dones, pian-pianito, -como yo digo-, y ahora sí, estoy esperando ya cuando Él me diga: ¡vámonos!.
Sé que no me iré, hasta que se acomplete mi año de oportunidad; mientras tanto, continúo trabajando, en todo lo que me viniere a la mano para hacer. Ese fue el pacto.

Me he gozado tanto con los niños al darles clases, como que fue lo primero que me mandó a hacer el Señor. Lo segundo que me mandó fue a evangelizar, ¡ay! ¡cómo sudé!. Pero preguntando cómo hacer y recordando el ejemplo de mi papá, con su rollo de folletos en el pantalón, yo también cargaba en mi bolsa mi Blibia y mis folletos ¡y a repartirlos!.
Trabajando con el grupo de chicas de O.M., después me quise ir de misionera, pero los planes del Señor fueron otros, pero ¡no hay problema!, aquí en mi vecindad, alrededor de mi local, y todos los que me demanden la razón de mi fe en mi Cristo, trato de decirles todo lo maravilloso que ha sido Él para mi vida. El Señor me ha dejado participar en muchas cosas para la alabanza de su gloria, pero siempre regreso a mi "primer amor", je,je, ¡clases con los párvulos!.
Tengo tantas anécdotas con ellos. Recuerdo de mis primeros alumnitos, esos niños de esas hermanas que les mencioné anteriormente, uno de ellos, Dany de 5 años, al estarles enseñando la Creación, yo llevaba figuras de franelógrafo que recién había comprado, y aparecía Adán con los animalitos, y cada vez que yo repetía: "pues Adán...bla,bla,bla", Dany decía: "ese no es Adán" y así se repitió el episodio, hasta que al escucharlo ya varias veces le dije: "si no es Adán, ¿quién es Dany?, y él dijo: "maestra, ¡ese es tarzán!, ja,ja,ja,ja.
Los niños son hermosos, y agradezco al Señor todas las oportunidades que me ha dado, de enseñarles, de llevarles a los pies de Cristo, ¡maravillosas oportunidades!
También me ha permitido darme cuenta de los horrores que he cometido, sí, escribí y leíste bien, porque más que errores, han sido ¡horrores!, pero sé que en su misericordia, me sigue puliendo y refinando cual oro.
Me ha dolido muchísimo cuando me ha tirado del caballo al igual que Saulo, aunque para nada me estoy comparando con él, ¡ojalá fuese un poquito semejante a él en su celo por el Señor! pero algo he aprendido, y es que en la última derribada que me dió, se me rompió el idolito que estaba tan secretamente guardado, que no tenía plenitud de conciencia que ahi se encontraba. Estaba cual la famosa Raquel, sentada y cubriendo los idolitos, ¡ay!
Cada derribada, el Señor la utilizaba para que fuésemos de bendición para otros; cosa que me molestó en un principio. Yo decía: ¿porqué tiene que hacernos sufrir a nosotros (primero con mi esposo y luego la familia en pleno) para que otros se sientan consolados?, pero, ¡qué inmadurez la mía!
Ahora puedo cantar el canto nacido de una de las tumbadas del caballo, je,je :
"Recurre a Él, no desesperes,
si en aflicciones te encuentras hoy.
No le preguntes, el porqué de sus acciones,
recuerda siempre, que Él te salvó."

Anhelo su venida en las nubes por su iglesia. No me pongo metas cada fin de año, sino que cada día, trato de caminarlo en Él, de aprender un poquito más. De gozarme con las amistades que me ha permitido tener. Por mis "cuatachas", por mis amigas, por mis "17 íntimas", ja,ja,ja,ja,por mis amigos bloggueros, por mi esposo, por mis hijos naturales y espirituales. Por toda la abundancia y por la escasés. Por todos mis hermanos en Cristo y porque quizá, me deje ser ¡por fin! misionera en algún lugar lejano, en donde se respeten las canas, ja,ja,ja,ja. Mientras tanto, trataré de seguir sirviéndoles en donde me ponga, en la medida de mis fuerzas, según el pacto que hicimos
Sirve al Señor, no esperes a que te derribe para que se destruyan tus idolitos que tienes guardados,je,je, mira que te lo está diciendo una chiquilla de ya casi 53 años. Oye consejo, antes de que lleguen los días en los cuales digas: "no tengo en ellos contentamiento" -porque te duelen los huesos con las reúmas, tienes gastritis acompañada de hernia hiatal, quizá llegues a tener hipertensión arterial o diabetes mellitus, je,je, no sé-, pero, cual dice ese hermoso canto:
"Da lo mejor al Maestro, tu juventud, tu vigor,
sea su amor tan sublime, el sello de cada acción."
Quizá tu año de oportunidad está llegando al final. El hilo de tu vida, pronto está por romperse. ¿Tienes algo que llevarle?
Recibe todo mi cariño.